Una vez que conocemos a una persona que nos gusta nos planteamos cual es el siguiente paso. A la hora de buscar pareja a diferentes edades, ¿qué es lo que buscamos emocionalmente? ¿Qué se busca en la madurez? ¿Y en la etapa adulta? ¿Y la juventud qué desea? Son dudas que se plantean muchas personas cuando acuden a nuestra agencia matrimonial. Y, como es lógico, los gustos y las necesidades personales de cada uno varían mucho a lo largo de nuestra vida.
Buscar pareja a diferentes edades implica buscar un prototipo de pareja ideal muy distinto, que evoluciona a lo largo de nuestra vida
Veamos, a groso modo, cómo cambian esas necesidades emocionales cuando buscamos pareja, según la edad:
- En la juventud, pongamos como ejemplo la edad adulta a partir de los 30, la llama del físico y la atracción tiene mucha potencia y puede pasar mucho tiempo hasta que se extingue. Sin embargo, aquí se ha de ser especialmente cuidadoso con el proyecto vital. Es una etapa de hacer camino, donde generalmente no se tiene muy claro lo que se quiere. Es lo que muchos llaman el «momento de equivocarse», porque se tiene toda la vida por delante para rectificar…
-
En la etapa del adulto mayor, a partir de los cuarenta y muchos o 50 años, hay muchas personas que se encuentran solas, aunque no sea tan común la viudedad como en la madurez y cobran protagonismo los divorcios o separaciones. En esta etapa, aún se tiene un largo camino por delante y existe un peso importante en el proyecto de vida. Existen ramificaciones de todo tipo, porque hay muchas opciones posibles. El modelo de familia tradicional que conocemos de toda la vida ha cambiado muchísimo y lo común ahora es encontrar familias que tienen hijos en común, e hijos de anteriores relaciones. Nos guste o no, las costumbres y formas de relacionarnos han cambiado.
En esta etapa, la llama de la pasión debe alimentarse también con otras cosas. Tiene mucho que ver el contexto sociocultural de la persona en concreto. Aún existe un tipo de perfil de personas, con una educación y valores muy tradicionales donde la mujer busca en un hombre seguridad, cariño, ambición, éxito… un “cabeza de familia” y el hombre busca en una mujer que sea poco ambiciosa profesionalmente, de carácter dócil, cariñosa, tierna… una “buena madre”. Sin embargo, lo que tiende a ser más general son educaciones más actuales, en que la mujer busque a un igual, un hombre con una cultura similar a la suya con quien poder llevar a cabo proyectos, que la respete, que haya cariño y a quien pueda admirar; el hombre en este caso también valora muy positivamente las cualidades que se atribuyen a las “buenas madres” de dulzura, ser risueña, cariñosa, y como añadido desean poder compartir con ella inquietudes, tener ese proyecto que ambos desean construir, entendimiento.
Por supuesto, la generalización sólo nos sirve para visualizar cómo cambian nuestras necesidades y nuestros intereses al buscar pareja a diferentes edades
- En la madurez, a partir de aproximadamente los 65 años, uno puede verse solo por diferentes motivos. Hay personas que quedan viudas, divorcios, separaciones, o simplemente a lo largo de su vida se dedicaron a otras cosas y ahora se replantean que les gustaría caminar en compañía… Es interesante analizar la anterior relación o relaciones y ver si queremos buscar algo parecido o existe una necesidad de cambio. Generalmente en esta edad ya se tienen los deberes hechos, nos acercamos a la recta final de nuestro camino de vida y tanto hombres como mujeres buscan lo mismo: una persona a quien entender y que les entienda, a quien aceptar y que les acepte con sus más y sus menos, alguien con quien compartir la vida, el ocio, aficiones, los viajes, etc… En estas edades se tiene muy claro como es uno y con qué tipo de personas se entiende mejor, aquí es importante valorar que la trayectoria vital de ambas partes sea parecida, que no vengan de “mundos muy diferentes” ya que la compresión, aceptación y el cariño toman mucha importancia y lo que hablamos la semana pasada del físico y la seducción pasa a ser un complemento.
Así pues, cuando las personas vienen a nuestra agencia matrimonial a buscar pareja a diferentes edades, lo primero que hacemos es analizar en qué punto están y hacia dónde se dirigien, para intentar encontrar a esa persona con la que puedan establecer un camino común. Pero, al final, no tiene tanta importancia lo vivido, porque todo es fluido, hay un constante cambio y existen muchas posibilidades.